El último desfile de
Prada estuvo repleto de sombras y siluetas misteriosas que recreaban la atmósfera del cine negro de los años 40. Según Miuccia Prada quería representar la
"elegancia cruda"; ese toque de desaliño que a mi siempre me parece que convierte al instante algo precioso en algo sexy.
La puesta en escena, el maquillaje, la peluquería y el estilismo me han hecho pensar en la posguerra y en el anterior cuadro de
Otto Dix:
Retrato de Sylvia Von Harden.
Últimamente no dejo de repetirlo: "¿Vivimos en plena posguerra o en Rumanía?"
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